martes, 16 de agosto de 2016

¡¡Los hombres sí lloramos!!

-No llores...

Me considero muy sensible, emotivo, atrapado.

De pequeño me reía mucho, tenía muchas ganas de vivir, de ser amigo de todo el mundo, tenía ganas de abrazar y ser abrazado, quería amarlo todo.

También lloraba por muchas cosas, no lo recuerdo bien, lo que si recuerdo es: -No llores... se fuerte; -No llores, es de chicas; - Los hombres no lloran; -No llores, eres un marica; -¡Está llorando! jajajaja.

Yo no entendía nada, quería llorar, necesitaba llorar y sobre todo necesitaba entender porqué lloraba...

Hace tan sólo unos años pensaba que me había convertido en una persona muy fuerte...

Hasta que me dí cuenta de que estoy roto...

Ya no lloro, me cuesta mucho, hasta cuando deseo con todas mis fuerzas hacerlo, incluso estando a solas en mi refugio donde nadie me ve, mientras escribo siento la presión de romper los diques y dejar que fluyan mejilla abajo las lágrimas, pero no salen, me esfuerzo en ello y lo más que consigo es una lágrima tímida o dos, eso no es llorar.

¿Por qué? Pues porque he sido regañado por llorar, se han reído de mi por llorar o incluso me han reído de mí para hacerme llorar y luego poder reírse de que he llorado.

No se bien cuando dejé de hacerlo, o más bien cuando dejé de poder hacerlo, pero fue en ese momento en el que empecé a tener miedo de las cosas que me hacían reír.

Miedo porque el dolor se me queda atrapado, porque no se canalizarlo, porque lo guardo todo muy dentro y me enveneno, porque de puertas para a fuera todo el mundo ve una coraza dura, sólida, lo que antes confundía con fuerza, pero dentro estoy yo, como un ciclón de emociones, con miedo a sentir.

Entiendo el odio y la furia... y lo intento lo mejor que puedo con el amor y la alegría, pero cuando me siento triste no entiendo nada, mi cabeza se llena de pensamientos que nublan mi juicio y me hacen cometer estupideces.

No he perdido las ganas de vivir y de amar... ni la esperanza de ser rodeado por unos brazos que me permitan llorar hasta caer rendido, hasta entonces simplemente espero ir poco a poco liberándome de esa carga que me hace incompleto.

Pero tristemente esta no es sólo mi historia, es la de muchos otros niños y adultos también...

Porque los hombres SI lloramos.


martes, 26 de julio de 2016

Punto y aparte.

- Mi vida hasta hoy.

Pues eso, esta entrada es para marcar un punto y aparte, en lo que era este blog y lo que será,
voy a rearmar todas las etiquetas viejas, a adornar entradas que dejé sosas y sin fotos, a cambiar el cabecero y el fondo y...

Y volveré a escribir, sobre mí, sobre mis cosas e inquietudes, todo lo que me brote desde dentro.


jueves, 27 de junio de 2013

Vuela querida, vuela.

Ya llevaba tiempo sin coger mi pluma virtual, y lo hago una vez más con la sensación de tener las lágrimas apunto de brotar.

¿Porque me empeño tanto en recordarla? Si tan sólo me hago daño.

No puedo olvidar su perfume, hoy una mujer que se ha parado cerca de mí en un pasillo en el hospital lo tenía puesto, no puedo olvidar su último "hasta luego".

Su abrazo, mientras yo me sentía extraño, en ese punto de debate entre debes ir con ella, o besarla almenos y dejarla ir, ese punto en el que al final logré abrazarla, sin mucha gracia porque mis brazos se movieron rígidos y me quede bloqueado, la verdad no debió ser de mis mejores abrazos.

Me gustaría decirle cuanto me gusta, cuantas cosas ha hecho por mí, cuanta fuerza me ha dado, darle las gracias por creer siempre en mí cuando ni siquiera yo mismo creo, ojalá siguieras por aquí, tus palabras y tus besos serían pólvora en mis manos.

5 minutos contigo, sólo una mirada, sólo una sonrisa y el mundo es mucho mejor.

No olvido tu cara, tus ojos, tus labios, ni tu nariz, no olvido tus gestos cuando hablas, no olvido como sonríes o como guardas silencio pensando que decir.

Y todo esto porque cuando estamos cerca siento, como si un imán interior me arrastrase hacia ti, como si algo me obligara a abrazarte por la cintura, apretar tu cuerpo contra el mío, hundir mi nariz en tu pelo y sentirme completo.

Comprendo con la lógica que estamos separados, por la distancia y por el tiempo, comprendo con dolor que es probable que nunca mas vuelva a sentir el sabor de tus labios jugando con los míos.

Tu eres libre y así vives, libre, en tu camino.
 Yo soy preso, de mi mismo, de mis miedos e inseguridades y así vivo, a la espera una vez más.